“Yo pensaba en la hinchada y me levantaba”: German Cano

“Yo pensaba en la hinchada y me levantaba”: German Cano

Por Guillermo Zuluaga Ceballos Lo ves de pronto en la pantallita de un televisor mientras descansas: el chico viste una camiseta amarilla y cada ocho días es noticia: Gol de Pereira, Gol de Cano. Desde esa vez primera, la mirada entonces comienza a acostumbrarse y, sucede: ya no solo sabes que es Cano, sino que tiene un nombre largo fuerte: German Ezequiel. Y eso como que le va dando más corpus….y al cabo de unos meses, termina siendo uno de los goleadores del equipo matecaña y te atrevés a soñar: Se ha ido Jackson, se ido el otro: Cano podría ser el próximo goleador, por qué no, por el Medellín han pasado otros ídolos que llegan al país, y les ofrecen venir, y acá terminan: la cuidad tiene buena fama, la hinchada dentro del futbol colombiano tiene su pedigrí…. Y sucede, ya no recordás bien cómo, ni interesan tanto esos trámites tampoco, pero te dicen que para mediados de año, Cano se vestirá de rojo y azul. Te alegrás y hasta hacés planes de ir al estadio. Y en un momento, no tenés clara la fecha, pero el hombre se aparece por una tribuna, y recordás que lo viste un domingo en el Atanasio, el hombre viste el rojo intenso y está saludando tan amable en la tribuna y hasta lo saludás, te parece simpático,  y seguís viéndolo esa tarde gris arriba pero muy roja al lado y tanta fiesta, y el tipo tan sonriente, lleva una bebida en la mano,  sigue saludando y unas chicas hasta se atreven a hacerse la selfie con él, y él se les arrima un poco, no mucho, para qué…el tipo tiene su estampa, y su buen porte… Arranca el campeonato y aparece desde el vamos. Y cada tres cuatro ocho días se torna noticia….goles desde la izquierda, desde la derecha, por el centro, hasta se atreve a cabecear, hace una cabriola, y si no las mete, las corre todas;  y en menos de dos años ya es figura y ya empieza a trepar en el escalafón de los goleadores del torneo, y del equipo. Cano comienza a escribir su nombre y a  ser parte del club, del presente, a asegurarse casi un espacio ya en la historia de un equipo donde ya han sido figuras nombres de la talla del Charro, y del Grecco,  y el Corbatta, el Ponciano, el Pato, el Rambo, el Mao, el Choro, el Pelusa, el Pareja,…el David, el Jackson,… y crees, siempre crees, porque es lo que más te distingue, seguidor rojo,  que también su presente lo hará historia dentro del equipo.   Y entonces, por esas leyes inatajables del mercado –él es producto lo sabés-  sabes que se va a ir. A México dicen. Importa solo que se va. Y entonces pensás que no es justo por la hinchada ni por él porque no se ha alzado una copa aún y que se la merece, porque el hombre las corrió todas, las luchó todas, las metió casi todas para que el rojo campeonara,  y sin embargo…. Al cabo de uno dos años largos, el hijo que fue pródigo en goles vuelve a casa….y comienza de nuevo la historia que ya sabés, que el tipo la va a correr, la va a sudar, las va a meter. Ya se ve más cuajado físicamente, ya los treinta le aparecen en sus calendas, pero él no tiene problema, corre como en su primer partido de debut en el Lanús…y cada campeonato el equipo llega hasta bien cerca del título, y Cano está ahí, y se piensa en él, en su sacrificio, en sus goles, -porque valga decir que ha hecho tantos, que ya nadie ya hecho más que él, profesionalmente en el equipo- y que entonces él debe ser campeón, que se lo merece…y al final, como una especie de consuelo, la Copa Colombia de 2019, alcanza para paliar un poco, y de nuevo se va, por la puerta grande… y a un fútbol grande. Y el máximo goleador, ídolo del equipo, primero está unos días en Vasco Da Gama, es noticia por su docenita larga de goles y entonces ya miras en el noticiero los goles de Brasil y se habla de él y los periodistas lo mencionan como si fuera uno de los nuestros, un Falcao, un Borré, un Lucho Díaz, un Muriel,  haciendo goles y “dejando en alto el nombre de Colombia”…pero también tú lo sentís, que él no es extraño, extranja, extranjero, ha estado tanto, tanto aquí, ha sonado tan insistente eso de que en algún momento vestirá la tricolor de la selecciona nacional –máximo tributo, invento de la nacionalidad- que lo sentís próximo, prójimo y entonces te alegras cuando pasa al Flu,  y ya hará parte de la fiesta, pues siempre se ha dicho antes de la globalización y su Real y su Barza ecuménicos, que no hay clásico con más hinchas en el mundo, que ese derby carioca, entre el Flu y el Fla. En noviembre 2023 vas al estadio, hay una fiestica por los 110 años del equipo. Crees que el equipo por su historia se merece algo más, de pronto un cotejo con uno grande de América: de pronto un Santos, un Corinthians, un River, un Boca, un Independiente –duelo de Rojos, lo soñás- pero sería mucho pedir para una dirigencia que a veces,… piensa, no piensan…no piensas …en fin, vas al estadio, hay un duelo de viejas glorias, y la figura anunciada es él, pero no crees que vaya a dejar sus entrenos; el Flu está en la cima,  aún en competencia. Pero el hombre llega, no juega y sin embargo hace unos toquecitos en la cancha y da unas vueltas y la gente corea –coreas- su nombre con ganas, con gratitud, con agradecimiento….qué detalle, lo ves desde Occidental, dando una vuelta olímpica, y te imaginas lo que debe estar pensando con tremendo recibimiento…al otro día escribís en cualquier muro de esos virtuales que “quedó demostrado que a sus 110 años,