En una noche soñada, el Medallo venció al 9 de octubre de Ecuador y se puso líder parcial del grupo E.
Cerca de 18.000 personas llegaron al Atanasio para presenciar el único partido que se jugará Medellín en su casa, un ambiente expectante que prometía una gran noche.
Muy temprano al minuto 5, el DIM nuevamente dando ventajas, recibió el primer baldado de agua fría. Un cobro de costado al segundo palo de Luis Erney, fue aprovechado por Manuel Lucas que solo tuvo que tocarla y poner en ventaja a los octubrinos.
Los ecuatorianos encontraron el partido que querían; el bloque medio bajo y la marca fuerte le impedían al Poderoso pasar las líneas, razón por la cual el Rojo tuvo que optar por balones aéreos y juego directo rápido, vía por la cual llegaría el empate al minuto 9. Centro al área de Germán Gutiérrez, control de Luciano a un balón con mucho efecto, disparo que ataja el arquero y Vladimir llegando como 9 a cazar el rebote. Se ponía 1-1 el partido y la hinchada comenzaba a esperanzar una victoria.
Para el minuto 37 se produciría la primera variante obligatoria del partido. Felipe Pardo siente un tirón en su pierna derecha y en su lugar ingresó Bryan Castrillón. Finalizó el primer tiempo igualados en el marcador.
En la segunda etapa muy rápido el cuerpo técnico decide hacer una modificación que cambió el rumbo del partido. El Poderoso no se encontraba en su juego, los volantes de primera línea eran presionados intensamente por el rival y ahogaban la salida del Medallo. Al minuto 55 ingresó Andrés Ricaurte por David Loaiza, a su vez Jean Pineda que oficiaba por las bandas, pasó a ser volante central y desde ahí el equipo de julio empezó a engranar. Pineda con su velocidad y su dinámica, encontró los espacios para pasar la pelota a la zona rival y el Poderoso se fue acercando cada vez más. Los ecuatorianos, sin pena, encontraron la manera de quitarle ritmo al juego y cada vez que podían, se lanzaban al suelo para dejar pasar los minutos. Desde su arquero, hasta su cuerpo técnico, intentaron frenar cada segundo del partido.
Se terminaba el partido y el juez central adicionó 6 minutos más, y como obra divina, como si el hincha lo hubiera dibujado, Andrés Ricaurte filtró un balón a Bryan Castrillón que cruzó el balón a la mano derecha del arquero rival y desató el grito agónico de 18 mil hinchas enardecidos por un resultado meritorio.
Un eco incansable de gol en el Atanasio, un arquero de rodillas, el 30 celebrando su primer gol con la sagrada y el Rey de Corazones líder de su grupo…¡Qué noche! GRACIAS MEDELLÍN #MásFuertesJuntos