Por: José David Chalarca
Un partido con sensación de final. Así describió David Montoya el partido por el cuadrangular final que enfrentó el E.D.P. Independiente Medellín contra Molino Viejo por la Primera C de la Liga.
Con el 4-2-3-1 habitual, pero variable acorde a las situaciones del partido, planteó Montoya el duelo contra el equipo blanquiazul: Sebastián Vásquez en la portería; Kevin Corrales y Manuel Torres como laterales; “Juan Manuel”, Maicol Zapata como los zagueros centrales; Jackson Álvarez y Andrés Vásquez en la mitad del campo; Moisés Cuartas y Stiven Cruz bien abiertos por las bandas; Alejandro Molina como volante eje; y Pablo Galeano en el centro de ataque.
Antes de empezar el partido, los jugadores rojos se reunieron y realizaron su ritual de gritar “Medellín, Medellín, Medellín” para darse alientos y enfrentar a su rival.
Una vez el balón se puso en movimiento, el encuentro se disputó en ambas áreas y por las bandas. El DIM realizó sus primeras incursiones en ataque gracias a las combinaciones por izquierda de Corrales y Cruz. Molino Viejo también atacó por esta zona al equipo e intentó ganar la espalda del lateral zurdo del equipo.
De igual manera, por derecha, Manuel Torres y Moisés Cuartas lograron superioridad en la banda, y crearon un par de oportunidades en ataque para Alejandro Molina, el “heredero”, quien iba a tener en sus pies la clave de la victoria.
Molino Viejo contrarrestó parcialmente la marea roja con presión alta, lo que provocó algunos errores en la entrega de la defensa del Independiente Medellín. No obstante, aunque el cuadro rojo se sintió incómodo, siguió atacando y consiguió su primer gol al minuto “25”, tras una buena combinación de Cruz y Corrales por izquierda, y que derivó en el gol de Pablo Galeano. Aunque Molino Viejo insistía con su bloque alto, el DIM se sentía cada vez más cómodo tras anotar el primer tanto.
Para el segundo tiempo, David Montoya buscaba corregir algunos errores del equipo: imprecisión en la salida de los defensas, fortalecer el 2-1 por las bandas y rematar más ante un portero que daba pocas garantías. Esas fueron las indicaciones para afrontar el resto de partido.
Apenas el juego se reanudó, Molino Viejo volvió a subir sus líneas y asfixió al Equipo del Pueblo, logrando varios remates desde afuera. El encuentro parecía estar configurado de esta manera, hasta que Montoya intentó retomar el dominio de manera radical con la salida de Cuartas, Corrales, Cruz, Jackson, Vásquez y Torres, y la entrada de Miguel Ruiz, Darwin “el enano” Palacios, Moya, Luis Felipe Riascos y Alejandro “La Roca” Restrepo.
De esta manera, el rojo resistió y se volvió a sentir cómodo en el partido. Fue así, como en el minuto 55, logró el 2-0 contra Molino Viejo. Otra vez por la banda; pero esta vez gracias a la notable combinación entre los recién ingresados Palacios y “La Roca” Restrepo por derecha. Este último centró y le llegó a Molina, quien definió rápidamente con derecha.
10 minutos después, el DIM logró imponerse aún más en el centro del campo con varios pases seguidos y disputándole cada balón al rival. De esta forma, y con algo de garra, encontraron al “heredero” Molina otra vez al borde del área, y este repitió con un derechazo cruzado en la zona 14, dándole el 3-0 parcial al rojo.
Darwin Palacios, lesionado tras esta jugada, salió. Minutos después, Molino Viejo reaccionó y logró el descuento 3-1. Sin embargo, debido al insistente bloque de presión tan alto del conjunto blanquiazul, el Equipo del Pueblo pudo realizar varios contragolpes más fácilmente. Así anotó el 4-1. De mano de uno de los ingresados en el segundo tiempo también, Luis Felipe Riascos.
Pese a los intentos por imponerse nuevamente, el rival no pudo recuperar esa presión inicial del arranque, aunque sí consiguió descontar otro gol para el 4-2 final. Una victoria clave en el cuadrangular para el equipo de Montoya, quien ganó gracias a su juego y las decisiones de su técnico en momentos difíciles.