La mañana en la ciudad de Medellín comenzó con un bullicio inusual en muchos rincones de la ciudad, y no era para menos. Más de 10 mil personas vestidas de rojo y azul se preparaban para emprender su viaje en una caravana masiva que acompañaría al Rojo de la Montaña hacia la ciudad de Pereira para disputar un partido de la CONMEBOL Sudamericana.
Esta caravana, que se asemejaba a un mar rojo y azul, inundaba las calles, reflejando una pasión por estos colores que no conoce límites.
Desde las primeras horas, la ciudad se llenó de motos, carros y buses adornados con banderas y pancartas. Los hinchas, que ondeaban sus banderas y camisetas al viento, se preparaban para lo que sería un trayecto de fidelidad y lealtad.
La emoción y el entusiasmo se sentía en el ambiente, las bocinas de los vehículos y los cánticos resonaban en el lugar, creando una sinfonía de apoyo que acompañaría al Rojo de la Montaña en su travesía, con convicción de que el equipo tendría el respaldo necesario para conseguir el triunfo en el compromiso de la CONMEBOL Sudamericana.
En cada rincón del trayecto, el fervor se hacía presente, en los pequeños pueblos, donde los locales también se unían con cánticos y banderas para alentar la caravana.
Al llegar a Pereira, miles de hinchas se encontraban esperando a las afueras del estadio y sus alrededores, para alentar y disfrutar del espectáculo. Llegó la hora del partido y las tribunas se adornaron de rojo y azul, con cánticos e instrumentos durante todo el encuentro.
Finalmente, luego de un excelente juego, se consiguió la tan anhelada victoria demostrando una vez más que #SomosFamilia.