El Poderoso cedió terreno en CONMEBOL Sudamericana y perdió el liderato del grupo E.
Una caravana multitudinaria de hinchas, acompañó al Poderoso desde Medellín hasta a la ciudad Matecaña para presenciar el juego más importante del semestre: DIM vs. Internacional de Porto Alegre. Esta vez, el Rojo antioqueño, no pudo descifrar al gigante brasilero que dejó en evidencia la decadencia del fútbol sudamericano.
El equipo de Julio presentó un 4-3-3 en el dibujo, un medio campo sólido conformado por Arregui, Loaiza y Méndez (este último de gran desempeño) que contuvieron el ataque de los brasileros durante todo el primer tiempo. Por el otro lado, el Inter paró un 4-2-3-1 en un bloque medio bajo que complicó la salida del cuadro antioqueño. Un primer tiempo poco agradable para la vista, pero en el campo, toda una disputa táctica. Sin embargo, pese a los pocos espacios que se generaron, el Medallo tuvo la más clara del primer tiempo. Un error de la defensa rival, puso mano a mano a Yulián Gómez quien intentó definir debajo de los pies del guardameta, pero este, logró achicar d ebuena maner y se quedó con el balón entre sus pies. Se lamentaba la hinchada poderosa, que por lo visto, sabía que no iban a haber muchas.
En la segunda mitad, el entrenador uruguayo a cargo del DIM, decidió reemplazar a Juan David Mosquera por Juan Guillermo Arboleda en la banda derecha, y 10 minutos más tarde, el rival ganó la banda en velocidad, aprovechó el mal retroceso del DIM y puso a cobrar a Alexandre Zurawski quien anotó el único gol de la noche.
Con el resultado en contra se vino la reacción inmediata desde el banco, Comesaña trató de darle vuelta al partido pero los cambios no respondieron. El Medallo trató y peleó, pero los brasileros supieron bajarle ritmo al partido; variantes defensivas, bloque bajo, líneas cortas y jugadores sincronizados para lanzarse al piso, fueron la antítesis de lo que conocíamos del fútbol brasilero.
Capítulo aparte para las 5000 almas que asistieron al Hernán Ramírez Villegas para acompañar al Medallo a “La Perla del Otún”; ciudad que lo recibió de puertas abiertas; para ellos un aplauso enorme. Sin embargo, no se puede desconocer que jugar lejos de casa, es dar ventajas y a pesar de la derrota, el DIM sigue con posibilidades dentro de su grupo y con la sensación que tiene con qué.
Un golpe anímico fuerte, pero además, una muestra de amor puro y fehaciente, una hinchada que abraza y quiere sin condición, una hinchada que le dice a su amor más genuino: nunca caminarás solo
¡Que viva el DIM y su gente!