Por: Daniel Henao
Columnista invitado
Tricampeón es una palabra que el Deportivo Independiente Medellín quiere agregar a su basto diccionario, el cual, durante 108 años ha reunido infinidad de términos de toda índole.
Recientemente el decano anexó a éste compilado ‘Bicampeón’. La Copa Colombia es el certamen que le ha concedido consagrarse de manera consecutiva, y para aspirar a hilar el tercer título seguido, deberá hoy dejar en el camino al Deportivo Cali.
Meterse entre los ocho mejores del certamen donde es el vigente monarca, le entregaría al elenco rojo un margen de tranquilidad para encaminar los resultados de un semestre, por ahora, escaso en triunfos. Una amalgama de situaciones que han trenzado al poderoso en un nudo, un limbo; que doblegando a un grande como el azucarero, rival de esta noche, podría comenzar a descifrar y halar así el hilo correcto para desatar ese entramado.
La llave llega al Atanasio igualada. Dos por dos fue el resultado en Palmaseca. Anotaciones de Adrián Arregui y el bautismo en las redes contrarias de Vladimir Hernández vistiendo la camiseta del decano. Otro empate, lleva el juego a la definición desde el punto penal. Triunfo de cualquiera, lo deposita en los cuartos de final de la copa.
Lo más importante para el equipo de ‘Bolillo’ hoy, es que cuando ruede la pelota sobre las 8:10 de la noche en el coloso de la Avenida Centenario, a pesar de las bajas, los resultados y el momento futbolístico, esté el deseo de ganar.
Diego Simeone afirma que “Tu convicción en el triunfo arrastra tu juego”, por eso hoy Medellín más que nunca necesita mentalizarse en los tres puntos y el paso a la siguiente fase. El nivel de rendimiento óptimo aparecerá, por ahora el rojo de la montaña tendrá que dar un paso más para escribir esa palabra que aún no posee en su diccionario. Tricampeón.
