Hoy juega el Poderoso |
Dos veces en el Olimpo, en tiempos en que los dioses y los mortales, se resguardan y se muestran poco para no contagiarse. Convertir el fuego en rosas es el premio más importante, los minotauros que nos atacaron tuvieron que volver a sus cuevas a esperar otra tormenta. Somos los que siguen en la cronología, los amigos de lo impensado.
Luz, cámara y acción, va mi corazón, solo contra el mundo, va al ritmo del tambor, sin otra razón que tu amor profundo. El calendario nos invita a seguir caminando y nosotros, tercos y hermosos, avanzamos hacia él.
Sí, nos damos besos, nos demostramos cariño, sacamos de lado las gárgolas que nos rodean y nos erigimos en el medio de la soledad, acompañados por todos lados. Los profetas del odio no estarán en nuestro banquete, vendrán los olvidados, los desterrados, los desesperanzados y los que ahora son bienaventurados.
Vamos, Poderoso; por muchas alegrías.