Hoy juega el Poderoso |
Surcando en la galaxia del hombre, avizorando un futuro laureado, territorio libre al servicio de los desterrados hijos de Ponciano. Capítulo 46 del relato que rompió las cadenas, dos días antes de la Navidad a pocos suspiros del nuevo milenio. Resurrección de los inmortales, alegoría a los fundamentalistas de la bandera en el balcón de nuestra raza.
Empezaron a perecer los profetas del odio, se le abrió frente de nuevo a los defensores de la nobleza. No se calla el Valle, no mueren los aburráes, jamás perderá el intento quien se levanta entre los cimientos para buscar darle alegría a los que tanto la han requerido.
Abran el cielo, despierten a todos, es la decimotercera poesía, un nuevo retrato de lo que dejaron en nosotros tantos y tantos años de resistir.
Vamos, Poderoso; por muchas alegrías.